30 de abril de 2009

De cuando me dio "la parálisis facial"

Les contaré de cuando se me paralizó la carita.

Corría el año 2004 y yo era una ávida practicante de El Universal Radio. Era un empleo bien harto estresante. Monitoreaba noticiarios, iba por los audios con los editores de cada sección y a veces salía al aire, pero eso no era lo malo, lo más horrible de todo era la jefa que tenía. ERA UNA BRUJA. Tenía un nombre griego bien retebonito, pero ella era un claro ejemplo de las típicas jefas histériconeuróticobsesivas. Sí, así era.

Para ella todo lo que yo hacía estaba mal. Digamos que me agarró de su puerquito y yo me dejé. El nivel de estrés que manejaba para que todo me saliera bien -y pudiera impresionarla- era escalofriante.

En aquel entonces iba al inglés al CENLEX de Santo Tomás, súper temprano y con frío; luego regresaba a mi casa y me ejercitaba, sudaba chingomadral; al terminar me bañaba y salía de nuevo al frío para llegar a la redacción, y como ésta quedaba súper cerca de mi cantón me iba caminando y sudaba, de nuevo.

Mi lugar de trabajo era la cabina de radio y obviamente el aire acondicionado estaba a todo lo que daba, el aire me quedaba que ni mandado hacer, pa'l calor. Encima de todo, atravesábamos época decembrina, so, hacía mucho frío. Mi jornada laboral terminaba 8 o 9 horas después, porque pa'impresionar quería cubrir un horario mayor al que se le solicitaba a los practicantes, 6 horas.

Y ¡zas! que me da la parálisis. Me empezó con dolor de cabeza y harta tensión en el cuello, luego ni cuenta me di de que mi carita dejó de vivir. No sonreía. No parpadeaba. No podía hacer muecas. No Nada, sólo estaba inflamadísima.

Eso me duró como dos meses y el doctor que me atendió nunca supo qué pedo. Me dijo que podía ser por los cambios de clima, que por el estrés, que por un coraje acá malpedo, que podía tener un tumor en la cabezota, hasta me dijo que el responsable era un virus que estaba circulando en el aire. Eso dijo.

Traigo esta historia a cuenta por lo que leí hace poqito en el Facebook. Es una teoría más sobre esto de la influenza. (Por cierto, ya ven que era cierto lo que dije de los cubreboca? Pícale aquí. Ah, pero no por eso voy a dejar de usarlo, sobre todo porque el virusito está en las babototas, y el cubre si protege destas).

El artículo habla de que "
De manera psicosomática, los resfriados o gripes aparecen cuando una persona ha llegado al límite de sus fuerzas, al límite de cargas que puede sostener, al límite de responsabilidades que puede cumplir. La gripe se presenta cuando todo nuestro sistema requiere poner un freno al ritmo de vida que se lleva, pero no se lo permitimos. Nuestro sistema nos obliga a frenar por medio de la enfermedad".

Sisi, me resulta bastante coherente, sobre todo por lo que arriba les platiqué. Yo yastaba hasta la madre de esa chamba y, en lugar de dejarla, me quedé atrapadas en ese "sistema de vida suicida". Lo que arriba se menciona habla de cómo se vive la vida en el DF, del estrés, la tensión y el miedo que aqueja a sus habitantes, quienes finalmente se están influenzando.

¿Cómo lo superé? Alejándome del estrés por unos cuantos meses, de las jefas locas y sobre todo dejando de tomarme la cosa tan en serio, es decir, no me valió madre todo, bueno, sí, un poquito, pero más bien la cosa es dejar que todo fluya.

Amo mi sonrisa y no estoy dispuesta a volver a perderla. Eso de estar enfermos no está chido. Y menos lo de estar acuartelados. ¡Ya estoy hartaaa! Más bien todos.

28 de abril de 2009

Aguas con la histeria; perdón, con la influenza

Ahora que la histeria colectiva me alcanzó, tanto que incluso comencé a usar cubreboca y a limitarme a los besos y cachondeos virtuales, tuve que mantenerme al margen y estarme encerradita en casa, porque ya ves que si tocas algo pueque te de la influenza porcina.

Me convertí en una conocedora cuasiabsoluta de la nueva gripesta y con tanto ataque gobierno-mediático no quise arriesgarme así que por un par de días me quedé quezque haciendo cuarentena. Sin embargo, me harté. Osh, sí, yo no soy niña de casa, me gusta andar en la calle, soy más bien callejera.

Me dispuse a armar un plan B y dejar de autocompadecerme por no tener trabajo y porque han llegado las plagas y los cuatro jinetes y estamos todos a punto de morir porque el 2012 ya está a la vuelta de la esquina. So, que decido salirme a la calle a documentar "el hecho". Le marqué a Aldebarán paque me acompañara en la aventurilla y pa irnos a comprar nuestras mascarillas futuristas-guerrilleras-bioterroristas, como la de Lourdes Almeida -mi amiga del Facebook-.



Al final ni fuimos a comprarlas, más bien agarramos camino pal centrito e hicimos algunas fotitos. Aquí les dejo algunas imágenes pa q vean cómo se ve la ciudad en este Ensayo sobre la paranoia en que vivimos.

Aja, una bebé con cubrebocas. WTF!!!
El poli no podía ponerse su cubreboca xq sino cómo iba él a soplarle al silbatín (sin albúr) que organizaba a los señores conductores.

Él se cuida al cuadrado.
Toda la súper familia-súper protegida.

El fin del mundo no discrimina raza, sexo, condición civil ni religiosa.

Aldebaráns lee las indicaciones precisas pa que no le dé. Y no, no usó el cubreboca. Me choca.

Hasta ahí de fotos. Mañana publicaré más. Lo único bueno de todo esto era que ya dormía la siesta. Pero no lo haré más. ¿Qué dijimos de dormirse en sus laureles?

26 de abril de 2009

I have a plan

25 de abril de 2009

Escondía algo

Abrió unos ojos enormes y empezó a buscar el número telefónico con desesperación. "Deberías buscar ayuda", le recomendó su amiga. "Sí, es justo lo que hago. ¿Qué no ves?", reclamó ella con los ojos más incendiarios que pudo. "No me refiero a eso. Mi psicólogo podría atenderte y...". La otra, la desesperada e incendiaria, la interrumpió: "¡Mira, ya lo encontré!", le dijo señalándole el anuncio: "Detectives, fotografías, videograbaciones, teléfonos, localizaciones, documentamos infidelidades. Precios razonables. 5339-55-55". Lo citó para el día siguiente.


Él. Él la estaba volviendo loca. Ella no solía hacer esoo. Era una locura. Nunca había pensado en cortarle la cabeza a una gallina, en enterrarle alfileres a un muñeco, en dejar de comer, de vivir, de sonreír, en dejarlo todo para concentrarse en pensar lo que él podría estar haciendo cuando no estaba con ella. Ella nunca pensó en seguirlo o en contratar a alguien para hacerlo. Pero ahora no podía contenerse. Por eso tomó el teléfono.

Algo le escondía. Había algo. Era otra mujer. O quizá algo más ruín, algo más macabro. No podía imaginárselo, no quería. Pensaba en él en la cama con otra mujer. ¡Con otra mujer! Peor, compartiendo la ducha con otro hombre, con niños, con animales. Pensaba en él como el integrante de una banda de mafiosos, de asesinos. Pensaba en él como el líder de una comunidad de santeros. Pensaba en él como la persona más mala del mundo. Como el ser más oscuro. Desalmado, les llamaban.

Y lo mandó seguir.
Entonces su insomnio le dio tregua y recuperó el sueño. También prestó más atención a las palabras y los sucesos. Así pasó durante los primeros 5 días, al sexto volvió a ponerse nerviosa: el séptimo tendría noticias del investigador privado.



"Murió. Hacía dos días que no salía de su departamento y mandé a alguien a tocar la puerta. Nadie contestó. Así estuvimos durante todo el miércoles, toque y toque. Ayer jueves nos pusimos en contacto con la portera, no dijo nada, no sabía; fuimos a su trabajo y nos dijeron que estaba de vacaciones y que regresaría en una semana. Volví a su casa y esta vez fui yo mismo a tocar la puerta. Nadie abrió. Era imposible que hubiera salido porque yo no me había movido de donde lo espiaba. Después de tocar durante 45 minutos, me coloqué unos guantes y abrí la puerta con un pasador. Entré, todo estaba quieto, silencioso, ordenado".

El investigador buscó en su portafolios y sacó un folder con documentos y fotografías. "Tal vez no deba enseñarte esto". Ella asintió y él continuó relatando: "Entré en silencio y sin tocar nada, tenía que quitarme la duda. No podía haberlo perdido. Recorrí cada cuarto, cuando llegué al baño lo encontré así". Le ofreció una imagen, olvidando así que le había dicho que no la mostraría.

Estaba suspendido de una cuerda con los ojos abiertos, desnudo, con una mueca.

El personaje que le revelaba la muerte continuó: "Pero tenías razón. Escondía algo. Encontré esto".

Ella tomó el fólder y sonrió. "Lo sabía", dijo como para sí, sonrió y tomó un sorbo de café. "¿Cuánto te debo?", preguntó.

24 de abril de 2009

Alármala de tos

¡¡¡Alerta nacional!!!
Los defeños -que no chilangos- nos estamos contaminando con una nueva variante de virus de gripes aviar, porcina y humana... ¿Es el fin del mundo?, ¿han llegado las 12 plagas del Apocalípsis? ¿Es acaso que la ficción nos alcanzó? No lo sabemos lo cierto. Lo que sí es que la gente anda súper apanicada. Sale a la calle con cubrebocas que no sirven para nada, pues hasta las enfermeras reniengan de ellos, y andan todos caminando como zombies... Se mueren de miedo. Es entre patético y estresante verlos a todos con su bandita azul cubriéndoles la boca y la nariz, ¿neta piensan que les servirá?
Aún no nos dicen cuál es el alcance de esta ¿plaga?, ok, llamémosle brote, que ya ha matado a muchos por lo que mejor le diremos epidemia, como bien nos recomendaron. Lo único cierto es que ya mató a un chingo de gente y que la alarma -alarmota- ya fue echada, llenándonos a todos de bromas y de terror y de imaginaciones... ¿en cuánto tiempo estaremos viviendo un "Exterminio"? ¿Será que nos pondrán en cuarentena? ¿Acaso nos encerrarán en un domo tipo el de los Simpson?
Y es que por lo pronto ya nos prohibieron ir a las escuelas, nos pidieron decir no a las aglomeraciones, a los antros, a los partidos de jut-bol y ¡zas! nos dejaron sin museos... justo cuando pensaba ir al Centro de la imagen a ver esta exposición. ¡Maldita sea! Yo me pregunto que pasará con todas las señorcitas y con todos los señorcitos que diariamente viajan en metro y que a huevo se tienen que restregar unos a otros en las horas pico... bueno, ahí cuando menos no tendrán la necesidad de tocar el tubo -grave foco de infecciones-, lo malo será a la hora en que hay poquitos... hay de dos sopas: hacerle a la de equilibrista o usar guantes. ¿Y luego? que ni siquiera se te ocurra besuquearte con un moquiento, eehhm, en realidad no importa si lo está o no, la cosa es no poner tu cuerpecito cerca de un citadino viruliento cualquiera. Nada de contacto. Mejor quedarte en casita... o largarte a las provincias...
Por ahí me llegó el rumor de que el secretario de salud ya sacó a su familia del país... y pues la recomendación es que todos los que aún estemos sanitos nos salgamos del defe... no vaya siendo... La cosa es que ya no sólo es el defe y el área conurbada... ahora el pánico se esparció hasta Guanajuato... Tamaulipas... Tabasco... Aguascalientes... Cancún y hasta Guatemala... zas.
Ya para terminar quiero enfatizar una recomendación, no es que yo nomás vea burro y se me antoje el viaje, no, pero en esto del desempleo... hay que buscar alternativas... qué tal que ahora me dijeron: "y si te dedicas a vender cubrebocas???" Es lo de hoy; sí. Demanda hay... y un chingo... aunque no sirvan de nada. Mmh, pienso que no, no lo haré.
Ya para terminar, dos consignas:
"A coger y a chupar que el mundo se va a acabar".
"El mundo se va a acabar, si un día me has de querer te debes apresurar".

16 de abril de 2009

Había una vez...

Había una vez un gigante que odiaba al mundo, quería huir de él, alejarse lo más posible y en el menor tiempo pensado de él. Quería vomitar en él y si se podía hacerse pis en él. El gigante era bien feo, porque el que es feo por dentro es bien feo por fuera, y así era él, feo. Horrible. Mostruoso de la cara a los pies. Tenía la mirada llena de odio, de rencor y de desprecio. Sí, decía que sentía desprecio.

Y como el gigante sentía tanto desprecio y odio y rencor decidió que podía comprar esa botella que anunciaban en la internet. Esa que contenía una fórmula mágica que le dijeron lo ayudaría a mandarlo todo al carajo: "Esto te ayudará a olvidar que hay gente caminando a tu lado", "esto te ayudará a ignorar a quienes te han hecho a pasar buenos ratos", "esto te ayudará a cerrar los ojos y caminar a ciegas, a volver tu cara al pasado y ver que todo se ha borrado". Sí, lo ayudaría a mandarlo todo al carajo.

Entonces el gigante se tomó las pastillas que contenía el frasquito y se murió.

Nadie se enteró de que el gigante se tomó las pastillas.

Nadie se enteró de que se murió.

Nadie lloró porque el gigante era bien burro y se tomó las pastillas y le valió.

Había una vez, en la misma historia, una persona que, diez años después, contó que un buen día de sol el gigante dijo: "Quiero que Nadie me quiera".

Y el día de sol dijo "ok, ese deseo te lo cumpliré yo".

Y ese mismo día de sol, éste bautizó a una con el nombre de Nadie. Y Nadie lo quiso. Aunque él quisiera que no.

Nadie, ahora con el gigante bien muerto y la maldición del buen día de sol rondándole en su cabeza, se dedica a jugar póker. Ya no apuesta ni gusta de jugar a las damas, odia hablar de almas y de comerciales de pastillas para mandarlo todo al carajo. ¡Ah!, y también está decidida a convertirse en payaso.

14 de abril de 2009

Ooooh, cuánto qisiera (jua jua)

Cuánto quisiera ser una blogstar
tener mil8mil fans,
visitas de Ciudad Neza a Djibouti,
allá onde Paolantines está.

Quisiera bloggear tres veces al día
y enamorar a todititos mis fans.

Quisiera comentarios pa'ventar pa'rriba,
volcar letras llenas de ingenio y frescura
y pavonearme de mi poca cordura.

Quisiera nunca hartarme de lo cool que es ser tan cool
y estar siempre en el "mood".

Quisiera

Quisiera

Pero no puedo :(

No puedo ser una blogstar.

El sindicato no me lo permite,
xq tngo muy poqititos fans
y no puedo xq ellos -mis fans-
tienen una vida
contra la que no puedo atentar.

No puedo xq qué tal que me secuestran los marcianos,
y a mi ingenio y frescura le ponen cara de marrano.

No puedo xq -yo sé- estar frente a los reflectores acalora, deslumbra, saca arrugas y te vuelve infeliz.

Bienaventurado el que -finalmente- fue ignorado, en No-Blogstar se llegó a convertir y sobrevivió en la web siendo feliz.

(Pido perdón a los lectores de este post pero es que a veces la canica se bota... y harto requetemuy feo. Es el desempleo. Seguro).

13 de abril de 2009

6 de abril de 2009

Te han dicho que hay que tenerle miedo a la muerte

Te han dicho que hay que tenerle miedo a la muerte.
Que el amor es,
así,
sin calificativos,
sólo es.

Te han dicho que te entregues,
que no te entregues,
que llores,
que no llores,
que la cama sabe mejor con una botella de tinto,
con metáforas y amor,
mejor con amor.
Con dolor.

Te han dicho que no mates,
que no mientas,
que no desees lo que no es tuyo
y también te han dicho que la culpa es toda tuya.

Te han dicho que te castigarán,
que te darán de palos,
que morirás feliz si logras vencer el sí
que morirás feliz si temes el no.

Te han dicho tantas cosas
y todas te las has creído.