11 de marzo de 2010

Adiós, Reina Margot

LA REINA HA MUERTO. ¡QUE VIVA LA REINA!
Uno sabe que la cosa periodística tiene su nivel de preligrosidad. Todo depende de la fuente y el evento que uno cubra. En los últimos años me he convertido a la cobardía. Antes yo era bien WARRIOR y me iba a las marchas y no temía que anduvieran espiando a uno o que se fueran a armar los putazos o que me fueran a arrebatar la cámara. Digamos que me sentía como pez en el agua. Pero la soft labor Quién'sera me ha convertido en una muchacha "previsora", por llamarle de alguna forma.

¿A qué periodista, en general, o fotógrafo, en particular, no le interesa viajar a lugares donde la gente sufre horribles situaciones de vida o vive en condición de guerra o de catástrofes? A mí sí. Sin embargo, después de lo ocurrido ayer pues me declaro una chafa.

Resulta que, luego de unas deliciosas vacaciones –en las que lo que destacó fue la hueva–, volví a la labor del portal. Mi misión: fotografiar y entrevistar a Memo Ochoa. Cámara, dije, y cargué a la REINA MARGOT –recién salidita del hospital y perfecta pues su aquejamiento de disparar ya había sido curado– en mi bolso, listas las dos para hacer nuestra labor, como siempre.

Para quienes no saben, la REINA MARGOT es el nombre que le puse a la cámara fotográfica que mi prima Adriana me compró en los Yunaited hace ya 3 años. La reina me costó un año de trabajo y muchas ansias gastalonas coartadas. Tenía un objetivo: ser fotógrafa. Debía lograrlo a pesar de caprichos materiales.

Total que las dos llegamos al lugar, primero la oficina de Nike y luego Villa Olímpica. Todo iba bien, saqué fotos de unos socialités, de unos cantantes, de unos futbolistas... cuando de repente –cámara colocada para realizar una toma fotográfica– ¡MADRAZO!

El balón había ido a dar justo a mi carita cuando estaba por tomarle una foto a Memo Ochoa –quien ni siquiera se dignó a ir a apapacharme al servicio médico–. Fue un madrazo del que me salvó la REINA, pues ella lo recibió todo. Fue así: Patada-Balón-Cámara-Rostro de Sandrink.

El lente valió madres y no sé cómo haya quedado el cuerpo pero, después de un balonazo enviado de 3-4 metros de distancia a una velocidad de no sé cuántos km por hora, debió haber quedado muy mal.
La gente de Nike se portó muy chida, me llevaron al hospital y se encargaron de todos los gastos. Incluso del funeral de la REINA. Se la llevaron. Ya no está conmigo.

Tantas cosas que vivimos juntas. Libramos un asalto cubano, conseguimos ganar mucho dinero juntas –mismo que ya no existe, jua jua–, superamos la lluvia del Vive Latino, viajamos a Veracruz, Puebla, Acapulco, Los Cabos, Cancún, San Luis Potosí y blah, fotografiamos a hartos socialites y famosos...

Ahora ya no está conmigo. La voy a extrañar un chingo.

Como dice Héctor: Réquiem por la reina...

Estas son las últimas fotos que realizamos juntas.

Hoy estoy toda inflamada de mi bello rostro, tengo una pequeña sutura en mi ceja y una herida en mi mejilla. Soy un sapo del lado derecho de mi cara. Jua.

Nadie podrá suplantar a la REINA MARGOT. La recordaremos. Y cuando llegue el momento de que TINA –el nombre que ya elegí para la siguiente– esté entre mis manecitas, nuestras jornadas diarias serán en honor a la REINA.

Olvidaba agradecer mil a todos los compañeros expansivos que se mostraron preocupados por mi estado. Luis me llamó minutos después del suceso y chillé; Rossana me marcó un poco después y también chillé, chiaaaa. Anabel Anduaga, como siempre, me mostró su apoyo y me hizo reír :). Moronitas de pan hizo lo propio y me disculpó unas chelas que le debo, jaja, claro que no, se las pagaré despuecillo. Y ya. 'Chas gracias.

8 de marzo de 2010

Canibal

¿Quedan ganas de llorar?
No, no quedan ganas de llorar.
¿Quedan ganas de gritar?
Sí muchas ganas de gritar.
¿Quedan ganas de hacerle el amor?
Sí, como nunca. Como siempre.
Mirándolo a los ojos,
abriéndole el cuerpo;
dándoselo todo sin escalas,
sin excusas,
con palabras taimadas
escurriéndole por su espalda.
¿Quedan ganas de mentir?
Todas. Ninguna.
¿Quedan ganas de soñar?
...
¿Quedan ganas de brincar?,
¿de cantar?,
¿de morder sus entrañas y sorberlas
y pensar
que aquí dentro está?

:(

¿Y a mi quién me dijo que el insomnio cura el mal de amores?


7 de marzo de 2010

...

Hay cosas que ya jamás podré darte:
ese brinco a tu cintura con mi sonrisa colgando;
mi corazón vuelto trazos,
enunciados,
el momento de paz que te prometí.

Mi sonrisa,
mis pasos.



La Modotti y Julio Antonio

 
Estoy a dos de terminar "Tinísima", sí, ya sé que llevo años –añoooos– leyéndolo pero es que la vidaaaaa de la calle está rete-buena y pues la chamba es harta y la tarea del francés y la vida social y todo es fatigante... y ocupa muchísimo del tiempo...
Total que este fin de semana me dediqué a echarle un vistazo a los últimos años de la señora Modotti, según "Elenita" Poniatowska, cuando se convirtió al comunismo y apoyó la Guerra Civil Española, ya sin ningún aliento de vida para la fotografía y totalmente enfocada en el apoyo social y huyendo mil de los franquistas y de todos aquellos que la perseguían, que eran muchos.
Total que hoy iba caminando simpáticamente con Montse en los alrededores de Reforma y zas que veo por lo alto la imagen de Julio Antonio Mella, el cubano que enloqueció a la señorita Tina Modotti cuando era toda sexualidad y creatividad y luz y distracción (mas no aburrición ni depresión, en los que se convirtió ya con 30 y tantos a cuestas). Fue él quien le puso a Tina "Tinísima".
Julio Antonio Mella llegó a México exiliado de Cuba y acá formó parte de un grupo revolucionario. Murió asesinado la noche del 10 de enero de 1929, iba caminando al lado de Tina sobre Abraham González casi esquina con Morelos, ella escuchó las balas y dijo que lo último que él dijo fue: "muero por la revolución...".
Dicen que murió a manos de Vidali, de quien Tina después fue amante. Dicen.

No entraré en cuestiones históricas sobre Julio Antonio. En realidad me interesaría más hablar de Tina. Una mujer revolucionaria en sus ideas, basta con recordar que fue señalada por los desnudos que de ella hacía Weston. Cómo osaba esa mujer extranjera –conocida como "La italiana"– hacer eso con la moral y las buenas costumbres mexicanas. No, no, inaceptable.
En su paso por la fotografía resultó ¡una buenarra! (buenísima, excelente fotógrafa, en mi idioma). Tenía una mirada muy linda y amaba los colores y la vida que México le regalaba. Es una mujer admirable por la forma en la que creció, pasó de ser actriz a convertirse en una fotógrafa y luego en una comunista extremista, lo cual ya no me gustó pues dejó de hacer foto.
Aquí un link a su trabajo.
¿Mis fotos favoritas de Tina? La de los campesinos leyendo El machete, la de las manos sosteniendo una pala y la de Julio Antonio muerto.