Chale. Qué extraño. Lo que siento. Lo que no he escrito. Lo que necesito. Extraño. Escribir. Escribirte que necesito saber de ti. Desaparecido. Gritarte. A ti. Todo lo idiota que eres por no amarme como yo te amé. Como canta Saúl. Tú Saúl. A ti. Susurrarte. Acariciarte mientras te escribo en el cuerpo que te quiero ahora, como lo hice antes. Y como lo haré después. Enseñarte. A ti. Demostrarte que mi cuerpo. Mis palabras. Tu piel. Tu piel pintada. Sentirla. Besarla. Como una vez. Aquella vez.
Dejar de morir de sueño. Y de miedo.
Qué necesidad. Esa. Los abrazos. Qué urgencia. De cantar y gritar. Reír. Sonreír. Gritar. Otra vez. Gritar. Golpear las paredes. Sangrar. Chupar los nudillos. Sobar los nudillos. Dormir 24 horas. Llorar. La lengua. En el labio. Las lágrimas. La lengua. Una gotita que sabe a dulce y a sal.
Qué triste. Los extraños.
Chale con los nervios tensos. Y los huesos. Y la luz. La luz tensa. Los susurros. Y los besos en la espalda.