9 de febrero de 2009

Rememoraciones preparatorianas

En la tarde estaba chateando con Aldebarán. Estábamos hablando de pendejadas. En realidad peleando porque a mi me gustan los ritmos reguettoneros y duranguenses y a él no. Él alega de que si la misoginia y blah. Tons yo le dije que dejara el "a ella le gusta la gasolina, dale más gasolina" en paz, que yo no decía nada de sus malditos berridos metaleros.

Total que en eso estábamos cuando le platiqué de mi época darki.

Seee, decían yo era darqueta. Pero no era cierto. Sólo me gustaba la ropa negra y fuera de moda. Y aunque para los demás yo lo fuera, la única verdad es que sólo me gustaba vestir de negro. Y ya. No quería saber nada de sus ritos satánicos (jua jua) ni de su música gótica ni de aquellas cosas que me encasillaran en una tribu urbana o que me convirtieran en una persona intolerante. Como lo son aquellos que a huevo tienen que etiquetarse como algo y que consideran mierda a quienes no tienen esa etiqueta.

Total que en la prepa me veían vestida de negro y luego-luego venía la pregunta: ¿Eres dark? Y yo: nel pastel. Y ellos: entonces, ¿por qué te vistes de negro? PUTAMADRE, cuánta curiosidad albergabaN en su corazón, cuánta necesidad de conocer a los demás y valerse de ese conocimiento para tirarles mierda.

Por donde quiera que se viera el plan era tirar mierda.

Total que le decía yo al muchachito -que se autodefinió como el pequeño incauto que cayó en el charco de las sandrijuelas- que independientemente de los mierderos, mis amigas de la prepa y yo éramos las más ridículas. No, no éramos darks pero sí REcursis, REinocentes, RETEingenuas y, sí, otra vez, REridículas.

A todas nos llegó nuestro momento de vestirnos de negro sin ser darks. Y ahora sí, sin mamada, -y sin pretenciones de ser definidas como EMOS- teníamos una razón. Ya fuera porque el padre de alguna tuviera pedos de salud, que el de otra se la pasara tirándole mierda a su hija porque según él, ella era una inútil o que el de la tercera quisiera irse de su casa por los pedos que había, todas teníamos un poco de tristeza en el corazón.

Ah, pero fue en esa época cuando aprendimos a valernos de ciertas mañas para sonreír en vez de otra cosa. Y también fue entonces que conocimos aquello que la gentil Tania tendía a llamar "crisis psicosomáticas". Tons todo nos hacía daño en nuestro cuerpecito.

Y como éramos REridículas, todo también se reflejaban en nuestro vestir o en nuestro maquillaje.

Tristeábamos hasta donde el drama nos lo permitía y leíamos poesía. Ah, cuánto alcohol y cuánta poesía. El oso negro nos acompañó tanto como los cigarros y la verborrea: "así como se consume este cigarro te consumirás de amor por mí". ¿Brujería? Naaa. "Magia blanca" (súper entrecomillado) de revista para adolescentes. Éramos REridículas.

Creo que lo más patético que hicimos en aquel tiempo fue un día pintarnos los labios de negro. Así entramos las cuatro al salón y obvio todos se nos quedaron mirando. Jaja. No nos importó. Ahora sabemos que nunca más lo volveríamos a hacer.

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