10 de mayo de 2010

De las cartas, los destinos y los futuros

Hoy por tercera vez me leyeron las cartas. Estoy reteharto emocionada porque en verdad nunca pensé que pudieran ser tan precisas en la cuestión de la energía y la sensibilidad y los significados. No imaginé que la cosa que dijeran las cartitas fuera tan cercana a la reality.
La primera vez que me las leyeron estaba yo pasando por un momento emocional muy fuerte. Me dijeron que tenía un fuerte apego al pasado, que vivía en el vacío y que si quería salir de ahí tenía que quitarme esos pensamientos de la cabeza...
Así me sentía xq atravesaba un proceso malaonda de enlutación y de bienvenida y de frustración. Mi cabeza era una mierda.
Lo logré y la segunda vez las cartas dejaron la oscuridad para centrarse en la alegría y la felicidad, me dijeron que ahora todo lo veía con otros ojos, que podía lograr lo que yo quisiera, que el mundo estaba en mis manos, que nomás era cosa de dejar de hacerme bien pendeja...
Había vuelto a la soltería y ya no había más discusiones diarias, no había más estrés xq alguien no me quisiera, no había más angustia ni reproches. Mi cabeza era una flor hermosa.
Y esta tercera vez fue fuerte. Todo igual de cercano a la realidad. Me dijeron que mi cuerpo estaba cansado de haberse convertido en una máquina sexual, que necesitaba volver a eso del erotismo, eso que tanto me gusta y que tanto había estado tratando de conservar, me dijeron que necesitaba a alguien que me hiciera cariñitos y besara mi cuerpo en lugar de sólo copular.
Me dijeron que no concibo mi vida ni mi existencia sin amor, lo cual es bien cierto –y muy a pesar de mi personalidad enamoradiza–, que es una cosa sin la cual simplemente no puedo vivir –tal vez por eso manejo la cursilería, la escritura de los poemas y el llanto inusitado cuando leo o escucho algo que me conmueve–.
Finalmente, me dijeron que no me atrevo a amar. Lo cual también es bien cierto. Recuerdo que una vez le dije a un chico con el que salía: "Yo lo que quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí". Me preguntó: ¿Y tú morirás por mi? Y yo me quedé callada. Cuando me lo dijeron hoy pensé justo en las traiciones, en los 7 años de pensar en ese alguien, en las lágrimas, en los corajes, en los fracasos... Tal vez a eso se refieran cuando dicen que debo dejar de apegarme al pasado.
Me dijeron, ora sí por ultimísimo, que vivo en la esquizofrenia total pues estoy tomada de manos y pies de un par de columnas inclinadas hacia sí. Y no me atrevo a soltarme ni de pies ni de manos. Pa pronto: me dijeron que me estoy cagando de miedo.
Y sí, es cierto.

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