20 de abril de 2008

Falda de cuadritos y zapatos recién boleados

Se vieron 10 pasos antes de cruzarse, cada uno venía por su lado, caminando con la rapidez de quien los llevaba tomados de la mano; no me interesó ver el rostro de sus acompañantes.

Me sorprendió la mirada de él, la sonrisa de él, su ansiedad.

A ella sólo la vi de espaldas, vestía una falda corta y mallas, la habían peinado con una coqueta cola de caballo y no caminaba, casi corría.

Cuando por fin se encontraron a centímetros de distancia, él sonrío tanto que dejó ver ese colmillo que le faltaba.

Dos pasos después se cruzó conmigo y seguía sonriendo. Caminé unos pasos más y ella casi volteó. Yo también lo hice por curiosidad, feliz de reconocer un encuentro infantil digno de un texto corto, de no más de 250 palabras. Entonces pasó que el niño volteó para verla una vez más, quizá por última vez.

Seguí caminando y me encontré con un rostro de niña que buscaba la sonrisa que la había encantado por segundos. Hacía tiempo que no veía tanta sinceridad en una mirada, tanta alegría en una sonrisa. Y ni siquieran sabían su nombre.

Eso pasó hace más de un mes. Ansío volver a encontrar una escena así, digna de 250 palabras más.

1 comentario:

Jesús Mtz dijo...

Las sonrisas son muy tiernas y sinceras de los niños, yo lo vivo del diario con mi hija, un dia me ama y a las dos horas soy el mejor papa para ella...