29 de marzo de 2009

29 de marzo

No habrá más para ti porque has colocado un muro de silencio entre tu llanto y el mío.

Lo primero que ví fue tu cara de niño. Recuerdo que me pareciste inerme y que quise cuidarte. También llamaron mi atención tus botas industriales. Me inquietaron. Pensé que quizá podrías ser obcecado y quizá hasta obseso. Me ofreciste una cerveza en lata que no recuerdo si acepté, sonreímos y dejé de pensar en lo que podrías llegar a ser.

A veces sueño que te visito, toco la puerta de tu departamento, no te encuentro. Entonces dejo un recado o salgo sin que te enteres; también pasa que te miro sin que me veas o simplemente te espero. La idea de volver siempre me ha entusiasmado. Al recordar tanto desprecio decido volver a abrir los ojos.

Quisiera negar los largos besos, las caricias en los muslos, las miradas lúbricas y ese uno que otro orgasmo que fue queriendo, totalmente queriendo. Quisiera decir que hubiera preferido que fueran tus labios, tus manos, tus ojos, tu deseo. Ojalá hubieran sido.

Hoy giro y giro y me dejo caer hasta llegar al fondo. Quisiera haber seguido el camino de mierda que construíste para mi pero el empeño que puse en seguir el propio no me dejó voltear la cara hacia otro lado. Hoy giro y giro y giro.

No hay comentarios.: