15 de septiembre de 2009

No era fácil

No habría sabido qué decir y no lo hizo. Sólo observó. Escuchó. Intentó tocarlo.
No, no era sólo su mirada. No eran sus labios. No eran sus palabras.
¿Era escurridizo?
Indescifrable.
Efímero en toda la extensión de la palabra.
Intangible. Iba más allá de (ruido)... Un enigma... (silencio) Eso es. Volátil o vibrante. Volatil y vibrante, más bien.
(Un teléfono sonó y alguien se levantó de su asiento, un par de palabras y volvió)
Había algo intangible.
¿Podría decirse artificioso?
(Silencio, mirada perdida)
Había pasteles de chocolate, mordidas de lengua y de labios, llanto, moretones en el corazón.
(Dos minutos de música suave, parece que alguien había regrabado un tema romántico sobre la conversación: Tu amor me ha llevado más allá de mis fantasías, cantaba la voz delgada)
Alguien había dicho que esto era fácil pero no, no estaba siéndolo, tal vez por eso era tan maravilloso.
Pero no de ese tipo de maravilla o facilidad o felicidad. Era como penetrar de a poco. Volverse locos de a poco. Llorar juntos de a poco. Dar vueltas uno encima del otro como locos.
Girar.
Girar.
Girar.
(Lo nuestro no tendrá final, de nuevo la voz, luego guitarra y parece que final de la canción)
No era fácil.
Era llorar en hoteles de paso, amarse a cada rato, despegar los pies del suelo sólo un poco, confundir las lágrimas con lluvia (así de cursi la metáfora). Era una niña vestida de celeste mirándolo desde su soledad, escuchándolo y sintiéndolo, susurrándole al silencio las cursilerías que ya no se atrevía a decirle porque quién sabe, nadie sabía si la burbuja le hubiera permitido a las palabras infiltrarse si eran tan sólo visitantes inesperadas.
Y al final dio todas las vueltas que necesito, con toda la elocuencia escudriñable que pudo y lo dijo.
¿Supo al final sentir algo?
Sí supo, pero no aún era tiempo.

1 comentario:

CristoAntonio dijo...

Esto, Sandra, me ha gustado muuuuuucho. Abrazo apapachador