27 de octubre de 2007

Un mal día

Un buen día, poeta decidió tirar la pluma,
en su colchón húmedo nadaba en lágrimas,
la tinta asfixiaba la ansiosa urgencia de un te quiero nocturno.

Un buen día a poeta se le aparecieron dos palabras fantasma,
dos que como espectros no la dejaban,
dos inquietantes y aburridas.

Poeta aspiró sus inútiles fantasías,
se aguantó la respiración,
se amorató.

También las heridas se las aguantó,
cortes, golpes, exigencias rumiantes,
estúpidas necesidades prefabricadas,
verdades cínicas de nuevo la revoloteaban
como murciélagos la revoloteaban.

Poeta se tiñó de morado,
su mirada sangraba de neblina,
de húmedas somnolencias,
su boca vomitaba de lastimadura,
de negras reprimendas.

Poeta se tiñó de rosa,
se pintó de blanco,
se quedó de azul,
voló en el negro
y encapsulada en luz se quedó.

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