17 de marzo de 2008

Orgullosamente UNAM

El pasado fin de semana, mientras me hallaba en tierras atlacomulqueñas, cuna del ex gobernador mexiquense, a quien su mujer no extraña de más pues la Maude ya está embarazada de un guapo español, decía que mientras estaba fuera del DF llegó a mi bandeja de entrada un correo electrónico que al principio me confundió y al final me indignó.

Y no es que yo peque (de pecar) de fanática de la Honorabilísima Casa de Estudios pero la verdad es que cualquiera que haya sido estudiante de la UNAM brincaría de su asiento cuando lo leyera. Resulta que Carlos Mota, columnista del Milenio, redactó un artículo dando a entender, no, diciendo abiertamente que en México, en la UNAM específicamente "exportamos (filósofos) a los campamentos guerrilleros latinoamericanos.

El señor editorialista tituló su artículo ¿Quién quiere estudiar Filosofía en la UNAM? El título y cierre de su texto están perfectamente bien ligados; sin embargo el contenido la verdad es que estaba para convocar a todos los interesados a hacer una quema pública del artículo - que no del periódico, me gusta su diseño y hasta hace unos meses Jairo Calixto me hacía reír, ya no porque hace mucho que no hojeo un Milenio -. El punto es que su título es tan tendencioso y agresivo que sonó como cualquiera de los fanáticos esos que convocaron a la gente a atacar a los emo en el centro de Querétaro (cada quien su pensar, su vestir y su forma de madurar, digo yo).

Decíamos que el texto es incoherente. El articulista de plano no halla cómo sustentar su dicho, pregunta de las perspectivas profesionales de quien estudia en la Facultad de Filosofía y Letras y en la de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (yo estudié en ésta última y mis perspectivas quizá no estén enfocadas a ser un as de los negocios o a hacerme millonaria pero sí en hacer todo en lo que creo que soy una chingona. El dinero nomás me saca una que otra sonrisita).

Podría llevarme horas haciendo corajes sobre lo que escribió el señor este pero sintetizaré diciendo que en las facultades mencionadas existe algo que él quizá no tuvo la oportunidad de conocer: los ideales (creados por las lecturas que no adoctrinan, forman) y muchas cosas más que cada estudiante entiende a su modo.

Yo por mi parte puedo decir que tenía ideales y veía el mundo con los ojos de quien quiere cambiarlo, construirlo, no romperlo como él dice que queremos hacer los egresados de la UNAM. Hay quienes todavía creemos en la lucha social, aunque parezca que no y por más desgastado que esté el término. Sin embargo tenemos que comer y tenemos aspiraciones que nos obligan a mantener un trabajo para el que - maldita sea - "somos tan malos" que terminamos ascendiendo y muchas veces manteniéndonos por encima de quienes estudiaron en otras universidades (y ni siquiera saben escribir).

Mota también dice que cuando estaba en una conferencia hablando de temas económicos vio a los estudiantes con cara de no entiendo nada, a mi más bien me da la impresión de que ellos pensaban: ¡Diantre, este señor no entiende nada!

Ya para terminar cierro mi escrito - que tal vez no tenga un sustento teórico pero que se defiende - mostrando esta imagen, la había visto unos días antes y cuando leí a Mota - escribió que la UNAM era un centro de adoctrinamiento político - me acordé clarito de ella.



En fin, esta "semana santa" todo mundo salió de vacaciones y lo escribió en su blog. Yo no saldré, me quedaré a disfrutar de la ciudad vacía, con trayectos de media hora, calles despejadas y tranquilidad. Haré un tour con la vanessilla por los museos del sur de la ciudad y hablaremos de cosas más interesantes que de un señorcito que ya no halla de qué escribir.

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