30 de marzo de 2008

Noche, madrugada y amanecer de primavera

La buena fortuna. Un encuentro planeado. Un momento seguido de una casualidad - como el preciso movimiento de las alas de una mariposa o del viento y las nubes y el favor que le deben por ser jirafa, puño cerrado, dinosaurio -. Todo aquello ocurrido sin si quiera imaginar.
La noche con luces de neón y estallidos de surf. Y de son cubano. Y de baile.
La noche de largas voces. La noche de miradas aspirantes. La noche de abrazos y enunciados que creías no volver a escuchar. La noche de patrones rotos. La noche de caminatas todas hacia adelante. La noche de mi mejilla sobre tu mejilla y tu ceja izquierda y tu ojo cerrado. La noche en el cuarto del Niza, con el espejo y ya sin el miedo. La noche de tus manos, tu saliva, tu tiempo que volviste el de ambos. La certera renuncia de cualquier cliché.
Una noche sin esperas apareciste y el tiempo se hizo tan largo entonces, tan corto ahora.
La noche.
La madrugada.
El amanecer.
"Quiero estar contigo al amanecer".
"No me voy a ir a ningún lado".
Tu mano enlazada a mi mano. Tus manos en mi espalda - estremecimiento - y la certeza de que nunca antes otras manos habían acariciado mi espalda, siquiera tocádola. El axioma preciso de que eras tú el primero en todo. De que lo otro era ya historia vacía. Lo verdadero: tus manos y tu cuerpo junto al mío, bajo la misma cobija, sobre la misma quimera. Tu voz. Tú a un lado de mi, caminando junto a mi.
Hacia allá vamos.
El café matutino.
La justa palabra.
Tus egoísmos y los míos. Mi libertad y la tuya. Nuestras soledades haciendo una sola soledad.
La buena fortuna.

3 comentarios:

maika dijo...

Bien ahora te has convertido en una poesía con patas.. está bien es tu turno de bailar entre nubes de algodón... la chela no?

Anónimo dijo...

tsss... ni te oyes inspirada jajaa

Anónimo dijo...

Si. Noche del cruce de los caminos. De horas interminables. De escribir en tu espalda el dictado de tus labios. De proponer. Hacer. No desistir. De sabernos ambos naufragio y resistencia cuando el mundo mismo está en guerra con todo el mundo. Cuando guarecerse en tus ojos es la mejor protección contra el peor de los tiempos.

Noche de Tú y Yo.

Amanecer de ambos.