12 de agosto de 2007

Se me ha convertido todo en silencio

Una armonía calladita.
Una juguetona discreción.
Una pequeña tortura de labios cerrados
relojes detenidos
y juegos de respiración.
Un nuevo abrazo de esperas inútiles.
Un dedo entrelazado en otro y otro.
Una paciencia de artesano,
de oscuros terciopelos
y sobre todo de pasión.
Un ambiente afiebrado.
Una cúpula negra con puntititos plateados.
Un seguir jugando limpio.
Un dejar al viento ser caricia,
ser todos los amaneceres concentrados en tu mirada,
ser el ciclo ascendente que marca ora ese rizo tuyo, ora el otro, ora el otro.
Un seguir siendo, pues, ese diminuto recuerdo
ese minúsculo refugio atento sólo a ti.
Una inquietante distancia,
aletargándome, desapareciéndome, repitiéndome hasta el cansancio.
Un todo convertido en silencio y ninguna sonrisa,
no heridas ni luz ni gritos,
todo de un solo color.

No hay comentarios.: