12 de mayo de 2008

Dando tumbos por la mente

Tenía la cabeza llena de imágenes sexuales.
Quería escribir sobre erotismo.
De pronto, la última vez que lo hizo resultó lejana.

Ahora se le ocurrían cosas

que repetían

lo que ya había dicho

tiempo ha.

Tenía la cabeza llena de dibujos a lapiz
eufemismos de imprudencias y ritmos ansiosos.
Bolita, palito, palito, palito, hombrecito...
bolita...
Papel hecho bolita, arrugado, tirado a la basura.
No sirve.
No sirve.
No sirve.

Poemas que empiezan y nunca terminan,
cuentos que empiezan y pierden sentido,
tramas que empiezan y son aburridas,
historias que se resisten a decir FIN.

De pronto la provocadora murió
ya no había palabras
exactas
juntas
frases
correctas.


Hace días que no escribe con las vísceras.
Sangrando.

Tenía la cabeza bajo control.
Tenía la cabeza fuera de control.

La cabeza llena de imágenes sexuales la tenía
y usaba las noches como refugio,
tendida sobre un colchón,
con las manos ardientes,
escribía con las visceras,
y mentaba madres sin pizca de pudor

Ahora compra literatura en las calles,
es motivo de poesía
tiene un lugar a donde llegar,
y un cuerpo para volar.

Ahora recuerda noches oscuras en camas más bien calientitas,
(ha olvidado aquellas frías manos,
mentes,
recámaras de hoteles)
tiene suave lengua zigzagueante,
tiernas miradas hipnotizantes,
gemidos quedos,
entregas vociferantes.

Puede que esta noche no repita lo que hace un tiempo ya escribió.

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