3 de mayo de 2008

Sin título

Vienes a mi
y te me quedas mirando
desnudando el paisaje de tu vida
igual que desnudas tu cuerpo
extraviado amoroso divino.

(Entonces me muestras un mundo de ojos sencillos
de viento roto
de sueño certero
de tiempo final.
Y yo quiero reconstruirte
vendarte
sanarte).

Te paras frente a mi
y me miras tan cerca como lo describió Cortázar
y también jugamos a ser el Cíclope
y nuestras narices chocan
y se acarician
y nuestros ojos pierden foco
y ya no nos vemos
y nos perdemos
cada uno
en lo que el otro
no ve.
Y hacemos poemas mentales
que no nos decimos
y sonreímos.

Y te beso.

Y luego la despedida.

(Estoy a 15 minutos de ti y aún siento tus labios sobre los míos:
danzas sobre mi boca como un feliz catador de salivas
de lenguas de dientes de mi).

Y en medio de mi frustración (estés aquí sin tenerte)
reconozco de ojos desnudos tu mirada
y el dorso de tus dedos
caricias de ojos cerrados.

Y esta noche me queda tan sólo tu mirada
tu voz grabada en un mp3:
"de verdad que a tu lado puedo sentir la vida
recorrerme el cuerpo".
Y yo ya soy tu cuerpo.
Y somos vida.
Y me quedo de ojos cerrados
mirándote.
Y a mi.

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