2 de junio de 2009

Diagnóstico I

Vivir aquí es inaguantable.
No hay silencio, no hay soledad, nada es íntimo. Sólo yo dando vueltas.
Ni un espacio para llorar. Ni cinco centímetros para respirar. Es gente que pasa, sueños que pasan, esperas que pasan.
¿Y si sexo telefónico?,¿y si masturbarme?, ¿y si decirte al oído el amor? ¿Y si gritarle al mundo lo hijo de puta que se ha vuelto?
No hay una penúmbra para olvidar qué se ve. No hay una luz para entender qué te dicen. Ni penúmbra, ni luz. Sólo fastidio.
Y voces. Mil. Reproches. Regaños. Gritos. Desesperanza.
Reproches. Regaños. Gritos. Desesperanza.
A ella -dijo que a ella- qué poco le significaron tus esfuerzos.
A él -dijo que a él- le valió un brazo roto y volcar su neurosis.
Y entonces: definir palabras, representar figuras con cubitos en blanco y rojo, aprender de memoria números al derecho y al revés y repetirlos al derecho y al reves, mirar una imagen, crearte una historia y contártela, saber qué le falta, saber qué le sobra, contárselo todo, llorando, hablar, quebrarte, parar, respirar, soportar, cargarlo todo.
Vivir aquí es inaguantable.
Y ni siquiera te dejas gritar.

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